Hoy todo Light…

Hoy me desperté, me levanté de la cama y cuando estaba saliendo del dormitorio, pelando un físico envidiable, la patrona me dice… -Estas gordito ehh…?

NOOOOOOOOOO!!!!, gordito yo…?, me ofendí y fui directo a la cocina -Hoy todo Light…- me dije y me puse a hacer el desayuno, mesclé la harina con un poco de agua y me puse a hacer un reviro, al mismo tiempo que freía unos huevos para acompañarlo… Gordito yo..? jajaja como se atreve… Mientras esperaba que se caliente un poco el aceite, abrí la heladera y encontré un pedacito de kuré chyryry (cerdo frito) que había sobrado de la cena y lo degusté como pequeño refrigerio antes del desayuno. Oh, me faltaba lo más importante, un cocidito para hacer sentarlo todo.

Después de este desayuno de campeones, pensé que sería bueno caminar a la oficina… y un poco antes de llegar a esta, me cruzo con un chipero que me ofreció su mercancía, -Voy a llevar chipa para el desayuno de los perros- me dije a mí mismo y compré diez, para cuando estuve dentro ya solo quedaban siete en la bolsa.

Me senté frente a  la compu y sin darme cuenta ya eran las nueve de la mañana, la “hora del terere”, nuestro proveedor de yuyos (plantas medicinales) no había aparecido el dia de hoy, por lo que fui hasta la esquina a comprar algo refrescante para ponerle al agua… pero no podía enfrentar un tereré con el estómago vacio, por lo que me quedé en el copetín de “Ña China” a comer dos empanaditas con pancitos. –Probana el pastel mandi’o (empanada de mandioca)- me aconsejó la vendedora y yo le hice caso… ya tenía un buen “tereré rupá” (base o cama para el tereré).

Cerca de las 11:00 de la mañana apareció Ceci, la preciosa secretaria del jefe con unas facturitas que le trajeron, y negarse a Ceci es simplemente imposible… -Recién comí alguito nena- le dije, por lo que solo agarré dos de sus dulces.

Por fin mediodía!!! Muero de hambre…!!! Aunque aún retumbaban en mi cabeza las palabras de mi señora “estas gordito eh…?”, por lo que decidí almorzar livianito… Fuimos al mercado a comer con los compañeros de la ofi, y vi el menú y me decidí por un borí borí de pollo con mandioca, así cuido la silueta…

-Hay kamby arró (arroz con leche) para el postre!!!–  gritó la que atendía el restobar criollo, y levanté el dedo anotándome a su ofrecimiento.

Satisfecho y con la conciencia tranquila por el almuerzo light, regresamos a la oficina para enfrentar otra tarde de laburo… Ni bien llegamos empezó una colecta… Era el cumple del encargado de fotocopias, por lo que pedimos bocaditos a la cantina, empanadas, croquetas, sopa paraguaya, sándwich entre otras cosas, que ahora adornaban la oficina y poco a poco iban desapareciendo en nuestras manos… Yo como siempre me controlé y comí solo cuatro bocaditos (cuatro de cada tipo), luego llegó la torta, la cual comí solo por compromiso (Ceci me la ofreció).

Por fin hora de salida… Ojalá la patrona hay hecho algo para la merienda y no se le ocurra ponerme a dieta o algo así, ya es suficiente con mi auto control.

Dios me había escuchado, llegué a casa y encontré la mesa servida con tortillitas con queso y cocido quemado, y esta vez no me aguanté y las devoré todas (solo por complacer a mi mujer que se había esmerado tanto en hacerlas).

Creo que con eso aguanto hasta la cena… Aunque para asegurar me comí un sandwichito. Fui hasta la cocina y cuando entré no había nada… HORROR!!! Que paso aquí…? Hoy no se cena…?, en ese momento escucho que alguien me dice de atrás… -Amor, hoy te invito a cenar a una parrillada…-

Y bueno, voy a tener que dejar la dieta… Estoy condenado a ser un gordito…