Como cambian los tiempos, esta es la historia de cómo me volví actual y me puse en onda… Ayer volví a mi antiguo barrio después de muuuchos años, en busca de aquel tatakuá donde tantas veces me refugié… Pero que sorpresa fue la mía cuando al llegar solo encontré asfalto y cemento… Mi barrio con montecitos cercanos ya no estaba, pero de todos modos decidí investigar…
Descubrí que los ruidos de pollito y gallina clueca que solía hacer, ya no funcionaban… Por lo que ahora hago el sonido de las alarmas de auto, “pup pup” “pup pup” iba yo por la calle, hasta que se me antojó un buen trago de guaripola (caña-aguardiente) y me metí a una casa para ver que encontraba. Fui directo a la cocina en busca de alguna botellita de Old Tradi o Caña Parapití, pero solo había “Chivas Regal”, debe ser una marca nueva de caña, porque no la conocía… y al lado de esta había un recipiente con algo llamado Red Bull y también me lo tomé…
A los 5 minutos andaba corriendo por las paredes, tocando a todos los perros (los cuales lógicamente quedaron como “perro que tocó pombero”), y buscando huevos y miel de abeja en cada agujerito que encontraba.
Con el ruido infernal que hice, se despertaron los dueños de casa, y enseguida busqué un tatakuá donde esconderme… Lo más parecido que encontré fue un tatakuá de forma cuadrangular, de color blanco se llamaba micro-algo… En fin con tanto “Chivas” no recuerdo, lo que si se es que me metí ahí… Al ratito alguien abrió la puertita y metieron una taza que casi termina por meterse dentro de mi… bueno uds. entienden… a los 10 segundos un olor rancio a pelo de karai pyhare quemado agarró todo el lugar… Envuelto en llamas (on fire por el wisky y el fuego) salí corriendo hacia algún monte cercano… en mi huida metí la mano en el bolsillo de un saco colgado de una percha y encontré un pucho… un cigarro de los que tanto me gustan, solo que era demasiado pequeño y parecía envuelto en papel algo así como un caramelo… al arrimarlo a mi bigote todavía en llamas lo encendí y se me abrió el cielo… Pude ver a los Beatles saltando de su submarino amarillo y corriendo desnudos al lado de Bob Marley mientras sonaba “No woman no cry”, y como yo soy invisible la gente miraba mi cigarro y gritaba “mirá como flota ese porro!!!” Porro…? Que demonios es un porro…? En fin… que buenos están los cigarros de ahora…
Ese día me di cuenta que había pasado de moda, ya nadie me dejaba nada ni buscaba mi amistad… Ya no había “serenateros” tocando guaranias a los que pudiera molestar, los gallineros ya no existían y ya nadie respetaba mi nombre… Creo que hasta lo usan en publicidades ahora… Ya no soy ese “nombre” que las abuelas se negaban a pronunciar por temor a que aparezca… Creo que se están terminando las tradiciones en este país, ojalá no se olviden de mi…
Pero si no puedes contra ellos, úneteles… Así que ahora mismo voy a comprar un celular y a llamar al kurupí para contarle lo que me pasó… Ah y a mi abogado para ver si puedo sacarle algo de plata a esa empresa que usa mi nombre…
Lo mismonte avy'a ko mundo apu'a, hei pombero oiké tatakuape...
Jajajaaaaa que espectacular, me agarró cierta nostalgia al recordar las historias que me contaban los mayores en mi infancia sobre este señor y sus congéneres mitos.
ResponderEliminar